top of page

COMPARTE y VIVE 5+1!

Recibirás a ciento por uno

Evangelio de Juan 6

o la historia de un Catequista, llamado Andrés, convencido de que aquel niño tenía mucho que ofrecer a Jesús; y de un niño que dio todo lo que tenía para permitir a Jesús hacer milagros.

 

Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?"
Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan", No podemos atenderlos, diles que se vayan. Y nosotros estamos cansados, si se van cada uno tendrá algo para comer en su casa.
Uno de los catequistas, Andrés, el hermano de Simón Pedro, apasionado por servir a la gente y poseedor del don de descubrir talentos y valorar a las criaturas, se puso a buscar, convencido de que entre ellos habría gente que tendría grandes dones para compartir. Y en esto se encontró a un niño que tenía una bolsa llena de talentos y algo de comer; Y le dijo a Jesús:
"Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, a primera vista no parece mucho, pero podríamos empezar a repartir y seguro que, al verlo, la gente comenzará a confiar y también compartirá otros panes y otros peces"
El niño le dice: "No puedo dártelos, mi madre se enfadaría, pensaría que me los he comido y no confiaría más en mí". Tras discutir un tiempo el niño y el catequista Andrés, éste le dice al niño:

"Te prometo que todo lo que des a Jesús

llegará de nuevo a tus manos multiplicado por cien"

El niño dijo: "vale, confío en ti, confío en Jesús".

Jesús continuó la conversación: "Decid a todos que se sienten,

cuando un niño comparte su pan, el milagro ya viene sólo"

 Todos se sentaron y eran unos cinco mil hombres. 
Jesús tomó los panes, dio gracias

y los distribuyó a los que estaban sentados.

Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.
Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:

"Recojed lo que sobra, para que no se pierda nada, y llevadselo, a la vez que acompañáis al niño, a casa de su madre".
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía:

"Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo".

La madre del niño, tan sólo, lloró de alegría y orgullo porque el nombre de su hijo quedó ya escrito en el proyecto de Dios

© 2017-18 La Coruña: una parroquia

Una parroquia, antes que tener una misión, o unos objetivos o unas líenas de acción, un titular o un carisma.... ha de tener...

UN SUEÑOAntes de comenzar a trabajar, elabora tu SUEÑO, sueña tu parroquia. Ese sueño ha de estar presente en cada objetivo, en cada homilía, en cada catequesis.... Sólo así tu trabajo tendrá el fruto que has soñado.

Somos tu familia. Contamos contigo

bottom of page