Vivimos tiempos difíciles para vivir la fe, para construir la comunidad, para transmitir el evangelio, pero sobre todo para ser nosotros mismos.
Vivimos gobernados por nuestros miedos, miedos que impiden ver que el mundo ha cambiado y confiar en los más jóvenes o inquietos, vivimos paralizados por enfermedades que nos impiden reunirnos, escucharnos, y trabajar juntos, no desde la obediencia, sino desde la comunión. Hawking se equivocó pensando que la expansión actual del universo se debía al big bang inicial. Del mismo modo la historia de la salvación tiene epifanías contemporáneas a las que tenemos que estar abiertos. Siempre he dicho que el Espíritu de Dios habla a través de las nuevas inquietudes, que son a las tradiciones como la rueda fue al tronco.
El objetivo principal de la parroquia ha de ser ayudar a cada persona a vivir coherentemente su fe, a vivir con integridad cada parcela de la vida, a ser lo que somos ante Dios y no más.
Aunque la parroquia esté volcada en el servicio a los pobres, llena de proyectos para vestir al desnudo, alimentar al hambriento, escuchar al que está sólo, y tramitar papeles a quien no sabe cómo hacer... los pobres no son la razón de nuestro trabajo.
Aunque la parroquia quiere cuidar mucho la liturgia, escuchando toda la sabiduría de fray Antonio para darle más significado a los signos y más contenido a cada celebración y más oración a cada jornada, no es la liturgia la razón de nuestro esfuerzo y dedicación.
Aunque la parroquia queremos cuidar mucho el espacio y los tiempos, para que todos encuentren su espacio y tiempo de oración, y cuidando todos los grupos para poder ofrecer silencio a quien busca silencio, y música a quien necesita música para orar,, aunque es mucho el tiempo dedicado a crear fraternidad, a poner camino a tus pies para que tengas con quien caminar, no es la fraternidad ni el silencio la razón de todo nuestro trabajo y de nuestra oración.
Aunque la parroquia esté llena de niños, y queremos celebrar las primeras comuniones con el mayor cariño, como si cada una fuese única, para que todas las familias se lleven una experiencia agradable, no es el atender bien o servir a todos la razón principal de nuestra parroquia; de hecho esto nos deja tan insatisfechos cuando una familia desaparece de la parroquia sin llevarse el amor de Cristo en su corazón y años después el niño nos recuerda y recuerda a Dios como parte del pasado. Y más en estas circunstancias de separación física y de no poder convocar masivamente, y que no podemos ver a la gente sonreír.
Nada de lo que hacemos tiene sentido si no te ayudamos a llegar a Jesús, a encontrarte con Él, a escuchar su palabra en tu vida. El objetivo de todo lo que hacemos es llenar tu corazón... de DIOS, fortalecer tu integridad, cimentar tu coherencia y sobre todo que tu único Dios sea Dios y tu mayor amor sea Su AMOR.
Por eso este fin de semana celebramos un retiro Effetá, y próximamente un retiro de Emaús, porque nada tiene sentido si Cristo no es el centro de tu vida. Sin este encuentro personal nos cansaremos de los pobres, nos aburriremos en la oración, nos dará miedo la fraternidad que siempre exige un poco más, y los afanes de la vida te robarán a Dios... Sólo Dios basta, y solo Dios llena y da sentido a todo.
VENTE AL PRÓXIMO RETIRO DE EMAUS.
Más info aquí:
Para servir: fraydino@gmail.com
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