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 UNA BASE SÓLIDA PARA TU VIDA ESPIRITUAL

PARA EMPEZAR
Construir una base sólida desde la que puedas desarrollar tu vida espiritual es una actividad valiosa que puede ser difícil a veces pero es una aventura que dará buenos frutos para toda la eternidad. (Mt 7: 24-27) Con un deseo persistente y cooperando con la Gracia de Dios, creando tanta base como sea posible. Como en cualquier otra construcción hay diferentes niveles en la estructura. Los tres niveles que propongo son:
1) la elección de entregarse completamente a Dios, 2) el desarrollo de esta relación a través de la oración y 3) conversión continua.

  Una vez que esta estructura básica esté construida podremos construir en ella otros elementos de la vida espiritual.

Traducción del original de la Universidad franciscana de Steubenville por José Pascual

 NIVEL I    

ESCOGIENDO A CRISTO


Si fuiste bautizado de niño, uno o tus 2 padres, en tu representación, dijeron que todo lo que eres y tienes procedía de Dios. Dios a su vez comparte Su divinidad contigo para  establecer un acuerdo en la relación entre vosotros 2. Si no has hecho esto, necesitas aceptar plenamente, darte cuenta y cooperar con las gracias que Dios te dio en tu bautismo por entregar tu vida a Jesucristo. Una sugerencia de oración es:

"Querido Jesús, te doy gracias por las gracias que me fueron dadas en mi bautismo. Quiero desenvolver estos preciosos regalos de amor en este mismo momento. Sé que soy un pecador pero humildemente te pido tu misericordia y perdón, ganado por el mérito de tu muerte y resurrección. Te ofrezco mi vida entera, espíritu, alma y cuerpo y te acepto para siempre como mi señor y salvador, mi hermano y mi amigo íntimo.
  Te amo Jesús, y confío en que tus gracias sacramentales me permitan continuar mi conversión continua para cumplir el deseo de nuestro Padre. Que este proceso con el poder del Espíritu Santo me permita adoptar la vida divina de tu reino aquí en la tierra y para toda la eternidad en el cielo. Y a medida que mi corazón se llene de tu amor, por favor ayúdame a compartir tu mensaje de salvación con los demás para que te conozcan como yo te he conocido. Amén"


Si honestamente no puedes rezar ésta o una oración parecida, no te preocupes. Reza cada día por el deseo de ser capaz de rezarla cuando puedas.
  Una vez vez que tu deseo  "sufrió y murió" rezando esta oración de entrega a Dios, la 2ª parte es experimentar tu "resurrección" siendo capaz de rezar esta oración o una similar.


  "Dios, quiero lo mejor para mi y nada más. Ayúdame a no dejar nunca de comprometerme con ello". La intención de esta oración es hacerte capaz de buscar con pasión y cumplir el deseo de Dios en todas las áreas de tu vida ( 1Cor 9: 24-26) e impedir caer en el potencialmente letal estado de tibieza.



 

 NIVEL III  

CONVERSIÓN CONTINUA



   Imagínate que eres una casa, con todos los desperdicios (deseos desordenados, pecado, etc.) situados en una habitación dejado a ti mismo, te podrías aproximar a la basura de una de estas 2 maneras:



la primera, entrar en la habitación y disfrutar del desorden, como el 2º hijo de la parábola del hijo pródigo (Lc. 15:11-32).



O podrías entrar con toda tu buena intención pero con la equivocada interpretación de que nos debemos salvar quitando rápidamente la máxima basura posible, dándonos cuenta tarde o temprano de que nuestros esfuerzos dan poco o ningún fruto. Ambos extremos son herejía.


El 1º es hedonismo

y el 2º pelagianismo.

Cada uno tiene una verdad que neutraliza algo de lo negativo en el otro extremo. El hedonismo dice tener sentido del humor y no tomarse a uno mismo demasiado en serio en todo proceso de crecimiento en la santidad: necesitamos ser capaces de reírnos de nosotros mismos. Sí, pero el pelagianismo dice activar el deseo de crecer en santidad.


Dado que la virtud está en el punto medio, la mejor opción es buscar lo mejor de Dios y nada más siendo fortalecidos por el Espíritu y llevados a la habitación con Jesús señalando en que dos o quizás tres cuestiones quiere el Padre que concentremos la mayoría de nuestra energía conversora para poner en cuarentena el resto de nuestra "basura", impidiendo que empeore pero sin ocultar que está ahí. (ir más allá de la escrupulosidad).

Dios conoce el mejor y el menos doloroso  camino para llevarte de donde estás al cielo con él. Es una pérdida de tiempo intentar llegar al cielo de otra manera.


Crece cerca de Dios en tu vida y oración y experimenta su abundante amor.

 NIVEL II:   ORACIÓN PERSONAL


Como en cualquier relación, crecer cerca de Dios requiere dedicar diariamente tiempo de comunión con Él. Es la manera insustituible para todos nosotros de establecer y cultivar una valiosa relación salvadora con Dios, que nos ama y desea recibir nuestro amor de vuelta. La oración es una de las maneras en que nos abrimos para que Dios pueda saciar las necesidades que puso en nuestro ser; la oración es para el alma lo que la comida y el sueño son para el cuerpo. Con la oración nuestras vidas se transforman mientras adoramos al Padre en el Hijo a través del Espíritu Santo. Sin esto, nuestras vidas se marchitan y mueren.


  En Romanos 8:26-28 se nos dice que no sabemos rezar como deberíamos pero que el Espíritu Santo está ahí para ayudarnos. En el fondo, la oración es lo que dejamos a Dios hacer a través de nosotros. (Jn 15:5)

¿está Dios encargado de tu vida en oración?

¿determina Él cuánto, dónde, cuándo, qué hacer en tu danza sagrada de amor con Él (donde Él nos lleva y nosotros seguimos)?

¿si no, por qué no?

Después de entregar tu vida a Él, la oración personal es el mejor lugar para aprender cómo preguntar, escuchar y hacer lo que Él quiere en cada momento. Buscando a Dios de esta manera, aprendes lo que tienes que hacer para que Dios pueda hacer lo que tiene que hacer. De esta manera Dios puede diseñar tu vida en oración exactamente para lo que necesitas cada día.


  Hay muchas formas diferentes de rezar. En aras de la simplicidad, especialmente para los que empiezan, este tema se centrará en desarrollar / revisar tu tiempo de oración diario, primario y personal.



DISCERNIR LOS DETALLES
  Una buena manera de empezar o renovar tu vida de oración es ir delante del Señor y decir "Habla Señor, tu siervo te escucha" (1 sam, 3:10) Para aprender más sobre cómo discernir bien lo que Dios nos dice, uno puede:
1) Saber que lo que sea que discernamos no debería salirse de la línea que Dios reveló a través de las escrituras, tradición, enseñanza magistral, el catecismo, teología del sonido, y/o interacción con un sabio director espiritual.
2) Pedirle a Dios que trabaje a través de tu sentido común para ayudarte a discernir lo que le gustaría que hicieras.
3) Después de discernir lo que crees que Dios quiere y hacerlo, estate atento a cualquier incremento en los frutos del Espíritu Santo como paz divina y gozo. (Gal. 5:22). Estos frutos son probablemente diferentes a cualquier cosa que hayas experimentado antes y unos buenos indicadores de que tu discernimiento fue correcto.
4) Una vez que puedas sentir la paz de Dios y disfrutar de la oración denominada "consolación" en los ejercicios ignacianos, puedes desarrollar tu propio barómetro de discernimiento. Cuando sientas tu consolación, puedes preguntarle a Dios sobre tu vida oratoria y observar que ocurre. Por ejemplo, podrías preguntarle cuanto deberías rezar. Si el pensamiento "15 min" viene a tu mente y la Paz de Dios se incrementa espontáneamente, la correlación entre los 2 es un buen signo de que a Dios le gusta la idea. Sin embargo, si sientes que la paz disminuye (desolación)probablemente a Dios no le gusta la idea. Si ningún pensamiento viene a tu mente después de un rato, puedes preguntarle a Dios sobre algunas opciones ¿cinco minutos Dios? ¿diez? etc. La opción que produzca más paz divina es probablemente la que Dios quiere.
5) Cuando Dios te de una inconfundible consolación espiritual en cualquier momento del día, observa lo que estabas pensando cuando ocurrió. Después pregúntale a Dios lo que quiere que hagas a la luz de la experiencia.


¿CUÁNTO TIEMPO DEBERÍA REZAR?
  Usa el método indicado arriba para averiguar cuánto tiempo quiere Dios que te tomes. Ten en cuenta que la constancia, pequeños ratos cada día, son preferibles a ratos esporádicos más largos.
  Recuerda, tu estás escogiendo correr un maratón, no un sprint, que va a durar el resto de tu vida. Cuando sientas que Dios quiere que emplees más tiempo, hazlo pero no antes. Intentar hacer mucho en poco tiempo probablemente te produzca desánimo o indiferencia para volverlo a intentar. Si nunca has tenido una vida oratoria diaria, considera empezar con 5 ó 10 minutos al día.


¿CUÁNDO DEBERÍA REZAR?
  En el Antiguo Testamento, el diezmo consiste en dar a Dios el 10% mejor del fruto de tu trabajo. Se puede ampliar este principio averiguando cual es para ti el mejor momento para rezar cada día. (ej. pequeñas o ninguna distracción, capacidad de concentrarse mejor, etc.) después de atender tus compromisos irrenunciables como trabajo y/o/clases.
  Una de las consignas de Nuestro Señor es mantener el sábado libre. Para el creador, los domingos son días en los que escapamos del trabajo innecesario para descansar, asistir a Misa, oración personal (quizás el doble que durante la semana), lectura espiritual, disfrutar de tiempo con la familia y amigos y actividades recreativas si queda tiempo. Santificar el sábado te puede ayudar a renovar tu conciencia que últimamente todos necesitamos confiar en Dios y saber que nuestro significado/valor/identidad como personas viene de ser creados a imagen y semejanza de Dios, no como queremos nosotros.


¿DÓNDE DEBERÍA REZAR?
  El lugar donde rezas es importante y puedes coger el hábito de preguntarle a Dios donde quiere que reces para ayudarte a mantenerte flexible (ej: delante del sacramento bendecido, en tu habitación, en la naturaleza). Aunque es un lugar especial, por favor resístete a pensar que sólo puedes rezar de una manera efectiva delante del sacramento bendecido. Cuando las circunstancias evitan esto, tu vida oratoria muere. No quieras perderte las bendiciones que Dios quiere darle a través de las características únicas de otros espacios de oración como las que encontró San Francisco rezando en la naturaleza. Te sugeriría crear un espacio sagrado en una  habitación de tu casa que te ofrezca privacidad, como tu habitación. Pon en este espacio una o más imágines religiosas como un crucifijo (una necesidad en mi opinión), la Misericordia Divina y una vela (encendida sólo cuando rezas).


¿QUÉ DEBERÍA REZAR?
  Tu tiempo de oración personal primario puede ser modelado después de la 1ª mitad de la misa dominical (5 partes) con un cierre adecuado. Este modelo está diseñado para ayudarte a desarrollar una experiencia de oración dinámica, de toma y daca con Dios que parte con una tentativa de ritual en el que permites al Espíritu Santo adaptar (ej: expandir, contraer, combinar, reservar o eliminar particulares tipos de oración) en cada momento para atender tus necesidades personales. Te permite obtener un equilibrio saludable o interactuar con la estructura (como los huesos en nuestro cuerpo) y la flexibilidad (como la carne de nuestros cuerpos) consiguiendo una fidelidad creativa en el orador. La creatividad sin fidelidad  o estructura de verdad  conduce al caos. La fidelidad sin creatividad conduce a la falta de vida y alegría.


  La oración es como cuando quieres quedarte dormido. Intencionadamente te tumbas en una superficie suave y horizontal en una habitación oscura y tranquila. De esta manera te predispones a caer en la inconsciencia. Pero si intencionadamente tratas de forzar el sueño, seguramente te resulte imposible. De la misma manera, la oración requiere que escojas el momento, el lugar y el ritual. Así te predispones a un encuentro con el Divino. Si esperas a que Dios haga lo que le pides en la oración, lo más probable es que sientas que su presencia disminuye hasta que te vuelvas a entregar a Él como Señor del encuentro. Resumiendo, pregunta a Dios lo que tienes que hacer y hazlo para que Él haga lo que tiene que hacer.
  Cuando Dios te bendice durante la oración con eso que busca tu alma, date permiso para quedarte ahí hasta que sientas que es momento de continuar incluso si queda menos tiempo para otras oraciones. Recuerda que la oración es un medio para un fin: una relación más estrecha con Dios, los demás y tu mismo. Más allá de asistir a Misa el domingo, por favor date permiso para intentar diferentes formas de oración como Jesús dirija. Puedes mantener esas formas de oración que dan buen fruto mientras adaptas o apartas esas que no.


• ORACIÓN TRANSICIONAL- CANCIÓN DE ENTRADA
Esta forma de oración neutraliza y disuelve poco a poco cualquier distracción interna y externa mientras nos lleva al amoroso abrazo de Dios, el lugar óptimo para estar el resto de nuestra oración. Las formas de oración transicional incluyen cantar o escuchar una canción, repetir un salmo favorito memorizado (ej. salmo 63), o un Rosario. Se puede usar también una forma cristiana de centrar la oración. Mientras inhalas suavemente, puedes rezar "Señor Jesús, hijo de Dios", o "Dios, tú me amas", imagina el aire libre del Espíritu recorriendo todo tu cuerpo, alma y espíritu. Mientras exhalas, reza, "ten misericordia de mi, pecador" e imagina al Espíritu sacando de ti todo el estrés físico, emocional y espiritual. Puedes terminar también con "te amo", "confío en ti", "sufriste para hacerme libre", o "Ayuda": lo que diga la verdad para ti en el momento. Se le puede pedir a Dios que te ponga en su lugar y sentir su amor por ti mientras te mira. Después le puedes pedir que te devuelva a tu lugar con la habilidad para recibir su amor.


• ORACIÓN DE LIMPIEZA- RITO PENITENCIAL
  Puedes empezar por un examen de conciencia seguido de alguna forma de reconciliación. Es el momento en el que tienes que discernir en que pecado/s quiere Dios que centres la mayoría de tu energía limitada en la conversación. (ver nivel III de este folleto). Puedes usar las oraciones como Acto de arrepentimiento, el Rosario de Divina Misericordia, Estaciones de la cruz o Salmo 51. Recuerda que para recibir la Misericordia de Dios, debes perdonar a los otros y a ti mismo. (Mat: 18:21-35)
• ORACIÓN DE EMPODERAMIENTO- GLORIA
Pregúntale a Dios como lo puedes alabar y darle gracias por todo lo que ha hecho por ti. Agradécele los regalos y talentos espirituales, físicos, educacionales, materiales, relacionales y situacionales que te ha dado. Algunos ejemplos de oraciones de alabanza generales son Salmo 95, rezado en diferentes lenguas si tienes este regalo. Y/o la repetición de títulos como "Mi Dios, mi Señor y mi Salvador, mi Rey, mi Creador, mi Dios"


• ORACIÓN MEDITATIVA- ESCUCHAR, REFLEXIONAR Y ENTREGARSE
Después de haber hecho la transición, haberte deshecho de tu "basura" y fomentado un espíritu de agradecimiento, estás como cuando te vas a encontrar con tu amada. Algunas oraciones que combinan escucha y reflexión son "Office of Readings", Sagrada Escritura, Rosario, novenas, devocionales, diarias, mirando una imagen sagrada, ejercicios mentales (guiado por el Espíritu en su ensueño donde permites a Dios decir la verdad, popular en los Ejercicios Ignacianos) oración de adoración / contemplativa ("a remojo" en presencia del Señor), o simplemente llevando tus luchas ante el Señor y cogiendo su dirección.
Hacia el final de este tiempo tu puedes ser invitado a permitir que las verdades que el Señor te reveló transformen tu vida entregando una parte de tu vida más enteramente a Dios para hacerlo, necesitas pedir a Dios que te ayude a entender honestamente porque y que quiere que hagas con eso. Puedes pedir al Espíritu Santo que te ayude a ser más como Jesús cumpliendo la voluntad del Padre.


• ORACIÓN INTERCESORIA
Puedes rezar por ti mismo, familiares, personas queridas y por diferentes personas o circunstancias que el Señor puso en tu corazón. Para que tu oración intercesora sea lo más efectiva posible, debes asegurarte de que estás en una correcta unión con Dios, reconocer tu impotencia sin Él, e ir a Él con un corazón agradecido. Tener fe en que Dios puede conceder la solicitud.
Permanece esperanzado, pidiendo elasticidad para ver la posibilidad. Reza con amor por la persona/situación en la que se hará la voluntad de Dios.


• ORACIÓN DE CIERRE
En esta parte, puedes preguntarle a Dios como quiere que transites fuera del tiempo de oración. Al menos, puedes expresar tu agradecimiento por el tiempo especial pasado con él y tu deseo de que sus frutos se extiendan durante el resto de tu día.


LUCHANDO CONTRA LA SED
A veces Dios puede parecer ausente y la oración infructuosa. Pregunta a Dios si hay un área de tu vida donde hayas: 1)pecado y no arrepentido, 2)ignorado intencionadamente el sufrimiento, muerte y resurrección de Dios. Si el fruto de tu fórmula de oración actual se seca durante 2 semanas o más, puede ser la forma de Dios de empujarte a explorar otras formas de oración que puedan ser fructuosas. Puede que quiera que experimentes la falta de su presencia para que la aprecies más cuando se haga notar y/o que crees un mayor espacio en el que pueda morar en el futuro. Incluso santos como Sta. Teresa de Liseux y la Beata Teresa de Calcuta experimentaron sed en la oración a veces.


¿Distracciones internas?
Empieza por preguntarte a ti mismo si rezas totalmente despierto. Si te cansas, será muy difícil concentrarte. Si te distraes cuando tus ojos están cerrados, puedes abrirlos y contemplar una imagen religiosa.


  Si un pensamiento persiste, puedes escribirlo inmediatamente, prometiéndote atenderlo después. (ej. reconciliarte con alguien, etc.). Sin embargo, si el pensamiento se mantiene insistente, puedes pedirle a Dios que te ayude a conciliarte con él o averiguar cómo resolver el problema que hay detrás. La persistencia en el pensamiento es la manera en la que Dios dice a veces que no te dará su paz hasta que lo hayas resuelto adecuadamente. La oración requiere de práctica en la persistencia y en la concentración para conseguir buenos frutos.

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