«Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba»
3 Marzo: Día Mundial de la 'basuraleza':
En el Día Mundial de la Naturaleza o de la Vida Silvestre se ha celebrado el 3 de marzo. Seguramente este día miles y miles de personas han triado basura , fuera de una papelera. Entre 800 y 1.400 especies de entornos acuáticos, están afectadas por el littering, ¿no te suena la palabra?, Podemos llamarla basuraleza.
La contaminación por residuos de origen humano en los entornos naturales es tan grave, que es necesaria una palabra en nuestro idioma para expresar ese problema. Así ha nacido basuraleza, término acuñado por Libera, una iniciativa conjunta entre Ecoembes y SEO/BirdLife, nacida para concienciar contra el abandono de residuos en la naturaleza.
"Si no hay un término para explicarlo, no podremos superar el reto de informar a la sociedad de la envergadura del problema y de que son parte de la solución", así de tajante se ha mostrado la directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes, Nieves Rey, con la necesidad de encontrar un símil al littering en castellano. "La basuraleza está lejos de ser un problema estético o secundario, estamos ante una catástrofe medioambiental", ha añadido el responsable del área Social de SEO/BirdLife, Federico García.
Más de 44.000 ballenas azules de basura
La isla de plástico del Pacífico queda lejos y se tiende a creer que los entornos más cercanos están impolutos, limpios y adecentados por una mano invisible, como si la propia madre naturaleza recogiera cada lata y colilla que se abandona en los bosques. Las cifras no mienten, en 1997 se contabilizaron 247 especies afectadas, en 2016 el dato se triplica, estimándose que un 17% de las especies afectadas actualmente por la basuraleza forman parte de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Entre ellas el oso polar y la tortuga boba, ambas catalogadas como en situación vulnerable.
Por esta razón se empieza a señalar a la basuraleza como un agente más del cambio climático junto a las emisiones de CO2 en la atmósfera y la pérdida de especies por la destrucción de su hábitat (a causa del urbanismo descontrolado o la intensificación agraria).
Los residuos más peligrosos son invisibles y por eso estamos menos concienciados de su peligrosidad. Se trata de los microplásticos -piezas de hasta cinco milímetros de longitud- y los nanoplásticos, virutas diminutas que se desprenden tanto de trozos más grandes como de tejidos sintéticos. Varios estudios presentados en un informe de Greenpeace estiman que en los mares y océanos existen entre 5 y 50 billones de microplásticos, convirtiéndose involuntariamente, en alimento para las aves marinas. En la actualidad, en el 90% de estos animales se encuentran restos de plástico, estimándose que para 2050 la cifra será del 99%.
Teniendo en cuenta que el 80% de la basura de los océanos -ocho millones de toneladas, equivalente al peso de más de 44.000 ballenas azules - es de origen terrestre, se estima que la contaminación fuera del agua es aún mayor que en los mares. Por eso, actualmente se investiga el impacto ambiental de los residuos en zonas agrarias -acumulados en la tierra- que directamente repercuten en la salud pública. Si en el organismo de tantos animales se encuentran residuos plásticos, es cuestión de tiempo que se analicen a largo plazo el impacto de los mismos en nuestro propio organismo.
La solución está en nuestras manos
Los microplásticos presentes en productos de higiene, cosméticos y tejidos sintéticos pueden ser evitados, actualmente existen alternativas como: exfoliantes con pequeños trozos de cáscaras de frutas; tejidos naturales como el algodón, cáñamo o cuero realizado con fibras de piña y pastas de dientes libres de plásticos.
La toallitas desechables y las colillas son los residuos que en mayor número se han encontrado los voluntarios que participan en el proyecto de Libera, '1m2 por los montes'. En concreto recogieron alrededor de 2.100 colillas y 1.900 toallitas, en un país afectado por los incendios en zonas forestales. En un proyecto similar llevado a cabo en las playas de nuestro país, el número de colillas fue aún mayor. Desde la iniciativa, culpan entre otras cosas, a la falsa creencia sobre las colillas, "no son biodegradables", advierten.
"Cada persona y cada acción cuentan, la solución no solo es necesaria, sino factible" han afirmado desde la plataforma. Además, con los hashtag #DíadelaNaturaleza y #Basuraleza se ha pretendido visibilizar este nuevo término y concienciar que todos somos parte de la solución.
