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Se necesitan los talentos y la implicación de todos para reparar el daño causado por el abuso humano a la creación de Dios.

Mi llamado

 

13. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común.

 

14. Invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. El movimiento ecológico mundial ya ha recorrido un largo y rico camino, y ha generado numerosas agrupaciones ciudadanas que ayudaron a la concientización. Las actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva. Como dijeron los Obispos de Sudáfrica, «se necesitan los talentos y la implicación de todos para reparar el daño causado por el abuso humano a la creación de Dios».

 

15. Esquema de la encíclica:  

 

1.- Breve recorrido por distintos aspectos de la actual crisis ecológica, con el fin de asumir los mejores frutos de la investigación científica actualmente disponible, dejarnos interpelar por ella en profundidad y dar una base concreta al itinerario ético y espiritual como se indica a continuación.

 

2.- Razones que se desprenden de la tradición judío-cristiana, a fin de procurar una mayor coherencia en nuestro compromiso con el ambiente.

 

3.- Raíces de la actual situación, de manera que no miremos sólo los síntomas sino también las causas más profundas. Buscar el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea.

 

4.- Líneas amplias de diálogo y de acción que involucren tanto a cada uno de nosotros como a la política internacional.

 

5.- Líneas de maduración humana inspiradas en el tesoro de la experiencia espiritual cristiana.

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