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Franciscanos Coruña.       www.graciasporexistir.org

Cómo echar a perder un hijo​​

 


1.- Comience por dar a su hijo durante la infancia todo lo que el quiera; así crecerá con la falsa idea de que todo mundo tiene que servirle.



2.- Cuando aprenda malas palabras, celebre "el chiste"; así creerá que es "muy gracioso" y lo estimulara a aprender otras groserías que le sacarán a usted de quicio en unos años más.



3.- Nunca le dé educación espiritual; espere a que su "niño" cumpla 21 años para que "decida por sí mismo". Y si lo cree conveniente tampoco le obligue a estudiar matemáticas hasta esa misma edad; así evitará que se le atraviesen durante sus estudios



4.- Evite usted el uso de la palabra "malo" o "pecado"; podría crearle un complejo de "culpabilidad".



5.- Recoja todo lo que él deja tirado; libros, zapatos, ropa, para que "aprenda bien" a dejar toda la responsabilidad a los demás.



6.- Déjele leer historietas, noveluchas, pornografía y cuanta cosa caiga en sus manos; a solas por supuesto  si está usted delante podría darle algún buen consejo; así su cerebro, lleno de inmundicia, se desarrollara sin "prejuicios".



7.- Tenga demasiadas "juntas" por las noches y riña con su cónyuge en presencia de sus hijos; así éstos no sentirán el "terrible choque" cuando sobrevenga el divorcio o separación.



8.- Dele todo el dinero que le pida y cúmplale sus caprichos; al negárselos podría crearle un complejo de "frustración" o la sensación de ser menos libre que sus compañeros.



9.- Póngase siempre de su parte contra los vecinos, sobre todo contra los profesores y, si se da el caso también contra la policía; todas estas personas le tienen "mala voluntad" a su hijo.



10.- Nunca se preocupe por darle buen ejemplo y cuando alguien le busque a usted y no quiera ser interrumpido, ordénele que diga que "no está" para que desde pequeño aprenda a "salir de apuros". Ayúdele a mentir al principio que luego él ya mentirá toda la vida.



Luego de seguir estas instrucciones, prepárese para una vida "de tranquilidad". Usted se la merece. Y si, pasado el tiempo, en alguna ocasión "su niño" resulta indisciplinado, maleducado, o egocéntrico, vuelva a echarle la culpa a todos sus vecinos, profesores, y al gobierno.

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