top of page

Franciscanos Coruña.       www.graciasporexistir.org

  • IMAGEN DEL TRÁNSITO

 

MONICIÓN. Antes del Canto de entrada. LECTOR1 (ambón izq.)

 

Paz y bien, queridos hermanos.

Estos días alguien ha llegado a nuestra ciudad. Alguien ha venido a nuestra parroquia para ayudarnos en todos nuestros proyectos. Alguien se ha enamorado de las personas que viven sin techo, de aquellos que se han quedado en paro, de los han sido desahuciados.

Es alguien que conoce el rostro de la enfermedad, de la violencia de género y de la explotación laboral.

Estos días alguien ha llegado a quedarse para siempre en nuestra vida. Alguien que tiene un método para ser feliz, para ser hijo de Dios: el método de la Perfecta Alegría.

Reservamos estos días, queridos hermanos, para celebrar a Francisco de Asís. (Días grandes para los amantes de la naturaleza, de la justicia y del encuentro entre religiones… Días grandes para los amantes de la PAZ.)

Al inicio de esta conmemoración de su Tránsito, pedimos a Dios, nuestro Padre, que renueve nuestro seguimiento de Jesús, inspirado en el ejemplo de Francisco… De nuestro Padre Francisco.

 

CANTO DE ENTRADA Y PROCESIÓN DE ENTRADA

Celebrantes: besan altar y lo inciensan. Desde el altar o la sede:

            EN EL NOMBRE DEL PADRE...

 

SALUDO DEL CELEBRANTE.-A todos los que escucháis la Palabra de Dios y celebráis sus Santos Misterios, Fray Francisco, vuestro pequeñuelo servidor, os saluda con reverencia, y desea que la paz del Señor y su santa caridad estén siempre con todos vosotros.-

            R: Y CON TU ESPIRITU

 

ACTO PENITENCIAL

Lector 1: Por todos los momentos en que nos ha podido el egoísmo y el protagonismo. Por nuestra indiferencia, nuestro cansancio y nuestras malas actuaciones.

Señor, ten piedad.

Lector 2: Por las guerras que toleramos. Por nuestra falta de perdón. Por nuestra renuncia a la Paz que nos enseñó Francisco.

Cristo, ten piedad.

Lector 3: Por los momentos en que nos olvidamos de la alegría, de la Perfecta Alegría. Por los momentos en que el dinero y el éxito nos han impedido ver tu rostro.

Señor, ten piedad.

Gloria.

Oración colecta (Misal OFM)

 

 

Tránsito

  • IMAGEN DEL CRISTO DE SAN DAMIÁN

Narrador (Hermano León): En el año 1226, nuestro Hermano Francisco murió dejándonos en herencia su ejemplo de vida y Evangelio. Él nos enseñó a ver a Dios en las criaturas más pequeñas. Supo encontrar la verdadera alegría en los más pobres. Y vivió, sin miedo, la mayor de las riquezas que tenemos los cristianos, el mensaje del Evangelio.

800 años después, la Iglesia Católica ha elegido a un nuevo Papa. Un hombre sencillo llamado Francisco. Un hombre de misión que guía sus pasos con la oración del joven de Asís. Es posible…, que 800 años haya tardado Francisco en llegar a Roma.

 

FRANCISCO (al fondo de la Iglesia): Señor, ¿qué quieres que haga? Dímelo Señor, ¿qué quieres que haga?

 

 

(Francisco entra, cabizbajo, caminando lentamente hacia el Altar. En el Altar se encuentra sentado, solemnemente, el Papa Honorio III)

(Continúa la música y el vídeo, más baja, en la siguiente intervención)

 

Hno. León: Francisco, ¿estás loco? ¿Cómo has llegado a Roma? ¿Cómo puedes presentarte así, no entiendes que te expulsarán a patadas? ¿No te das cuenta que el Santo Padre te considerará un loco?

Desde joven has estado rodeado de gente. Pudiste tenerlo todo. Tu padre, el rico comerciante de telas, soñó con verte sacar su empresa adelante. Las guerras pudieron convertirte en un héroe, y sin embargo, Francisco, te has decidido por el camino más difícil…

(SILENCIO BRUSCO y VOLVEMOS A LA IMAGEN DEL TRÁNSITO ANTES DE QUE TERMINE EL VÍDEO)

 

Francisco: Pero es a la vez, Hermano León, el que tiene más sentido: seguir a Dios desde la pobreza.

 

 

Narrador: Para mi hermano Francisco la Iglesia era la casa donde Dios acogía a todos sus hijos. Nunca pensó en separarse de ella, aún cuando los obispos y cardenales disfrutaban de grandes privilegios. Ni siquiera el mismísimo Papa Honorio III podría imaginar lo que Francisco, el Otro Cristo, significaría para la Iglesia.

 

Sacerdote: (con ironía) ¿Sois vosotros los “amigos de los leprosos”?

Francisco: Así es, venimos desde Asís para reunirnos con el Papa.

Sacerdote: Sí, sí, sí,… ya sé. No sé como habéis conseguido esta audiencia pero, os adelanto una cosa, el Santo Padre no va a aguantaros mucho.

 

Papa: (Incrédulo) ¿Venís desde Asís hasta Roma para hablar conmigo? (Arrogante) No suelo recibir audiencias con gente de vuestra clase. Pero como os ha recomendado el Obispo de Asís, os escucho. ¿Qué tenéis que decir? 

Francisco: Santidad, gracias por recibirnos. Solo hemos venido para que apruebes nuestro estilo de vida. La nuestra es una vida sencilla, junto a los más pobres de nuestra ciudad, y siempre desde el Evangelio. Así es Santidad, siempre desde el Evangelio.

 

Narrador: El primer encuentro entre mi hermano Francisco y el Papa no fue como esperábamos. El Papa abandonó la sala y apenas hizo caso a las palabras de Francisco. Pero fue la segunda vez que se vieron, cuando el Papa tomó una decisión que marcaría el futuro de los que hoy hemos decidido seguir a Cristo al estilo de Francisco.

 

Papa: Francisco, tus palabras hacen que piense en expulsarte de Roma, en excomulgarte. Pero,… (con lágrimas) Me avergüenzo de lo que iba a hacer. Hermano Francisco, has dado una lección a la Iglesia. Me ha emocionado tu alegría y tu experiencia tan sencilla y real del Evangelio.

 

Francisco: Gracias Santidad

 

Papa: Me has avergonzado y me has convencido. Claro que tienes mi consentimiento. Es más, te pido que extiendas tu mensaje por el mundo, que digas a tus hermanos que el Papa y la Iglesia están con vosotros porque sois los que mejor la representáis.

Francisco: Gracias Santidad. Gracias. Gracias. (Lo repite mientras el Papa se retira)

 

 

 

Hno León: Una Iglesia pobre y para los pobres. 800 años después se repiten las palabras de Francisco… UNA IGLESIA POBRE Y PARA LOS POBRES.

 

Junípero: Francisco, estás cansado. ¿No lo entiendes? Apenas puedes ver lo que sucede, tus ojos están cansados. Como también lo están tus piernas, ya no puedes caminar.

Masseo: es cierto Francisco, hazle caso al Hermano Junípero y descansa. Mira, vayamos a esa pequeña capilla. Ahí podrás reposar, nosotros vamos contigo Francisco.

 

(Francisco se sienta, en el centro, junto a sus hermanos)

 

Francisco: Hermanos, gracias por vuestro cariño. Pero no sufráis por mí. La enfermedad y la muerte son un regalo de nuestro Padre.

Junípero: Francisco no hables así, todavía podrás curarte si descansas. ¿a que sí, Masseo?

Masseo: Es cierto Francisco, puedes curarte.

Francisco: Hermanos… No tengáis miedo. Nuestro Padre me llama ahora a su casa. Mi fin esta cerca pero, ¿sabéis qué?... Soy tan feliz.

 

Masseo: (emocionado, y temblándole la voz) Francisco, nos has enseñado tanto. Toda tu vida ha tenido sentido. El Señor te ha elegido para predicar, con el ejemplo, su Evangelio

.

Junípero: Te retiraste a reconstruir una Iglesia en ruinas, a vivir entre los leprosos que tanto amabas. Todo el mundo pensaba que estabas solo, pero tú sabías que Dios te acompañaba.

Francisco: Hermanos, la coherencia es el mejor camino para ser feliz. Cuando tengáis un sueño o creáis en algo, no lo ocultéis. No temáis las reacciones de los demás. Y no os desaniméis porque los demás no vivan el Evangelio.

Masseo: Francisco, ¿qué haremos cuando la Iglesia esté llena de personas infelices, corruptas, o que no sean fieles al mensaje de Jesús?

Francisco: Que no os preocupe lo que hagan los demás. Vivid el Evangelio con coherencia y seréis ejemplos para el mundo. El Señor os concederá el poder de transformar a las personas, e incluso, a las instituciones.

Junípero: Tus palabras, Francisco, me recuerdan al día en que emprendiste camino hacia Roma para presentar tu proyecto de vida al Papa. La Iglesia de nuestro tiempo, Hermano, no es el mejor ejemplo del mensaje del Evangelio. Y tú nos enseñaste a quererla igualmente.

 

Narrador: Gracias Santo Padre, gracias Francisco... La Iglesia es nuestra madre. El hogar que Jesús construyó para vivir juntos la alegría de la Fe.

 

 

 

   

Junípero: Francisco, cuánto hemos aprendido de ti. Tus retiros, tus oraciones, tu amor a la naturaleza, tu deseo de unidad con todos los credos del mundo.

Masseo: Tu comprensión hacia el que sufre ha cautivado ya a cientos de hermanos que hoy siguen tu estilo de vida en el mundo; y seguro que llegarán a ser miles los que te sigan.

 

Francisco: Hermano León, hermano Masseo, hermano Junípero. Acercaos. Voy a contaros algo…

(Algún hermano se levanta al micrófono y lee)

LECTURA DEL PROFETA ISAIAS (Is 45)                                  

            Por amor de mi siervo Jacob y de Israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre,

            Yo soy el Señor, no hay ningún otro: no existe dios fuera de mí.

            Yo formo la luz y creo las tinieblas; soy yo, el Señor, quien hace todo esto.

            ¡Derramad, cielos, el rocío, y lluevan las nubes la victoria!

            Ábrase la tierra y produzca la salvación; brote también la justicia:

            yo, el Señor, lo he creado.

            Soy yo quien ha hecho la tierra, y en ella he creado al hombre;                Palabra de Dios

 

 

SALMO  (Sal 141) Si no se canta leen Masseo y Junípero)

Lector.2:.-David., perseguido por Saúl, busca su consuelo en Dios, pues Dios le creó, Dios le llamó a una misión, y en Dios está el sentido de su vida.  San Francisco recitó este salmo en los postreros momentos de su vida.

                        R:  PROTÉGEME, DIOS MIO, ME REFUGIO EN TI.

-A voz en grito clamo al Señor,   a voz en grito suplico al Señor;

desahogo ante Él mis afanes,  expongo ante Él mi angustia,

mientras me va faltando el aliento.

                         R: PROTÉGEME...

            -Pero Tú conoces mis senderos

            y que en el camino por donde avanzo me han tendido una trampa.         

                          R:

-A Ti, grito, Señor; te digo: Tú eres mi refugio y mi lote en el país de la vida.

Atiende a mis clamores, que estoy agotado;

líbrame de mis perseguidores, que son más fuertes que yo.

 

Francisco: Hermanos, siempre que acudí al Señor, el Señor respondió a mi suplica, incluso en el mayor de mis sufrimientos, el Señor me dio su Paz; más no es para nosotros para quién más debemos pedir su gracia sino para todos aquellos que sufren a nuestro alrededor, para cuantos no ven a Dios en su sufrir ni tampoco lo ven en sus alegrías. Si el mundo supiera que somos de Dios, y que él nos lleva de la mano, sería todo tan diferente. Hasta la misma muerte sería un gozo para los hombres, pues todo en nuestra vida es un camino hacia Dios.

 

 

 

EVANGELIO (Mt 6)

            «No atesoréis en la tierra, donde la polilla y el orín corroen y donde los ladrones socavan y roban. Porque donde está tu tesoro, allí está también tu corazón».

            Por esto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué vais a comer; ni por vuestro cuerpo, qué vais a vestir. Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido. Mirad las aves del cielo; no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? ¿Quién de vosotros, por mucho que cavile, puede añadir una sola hora al tiempo de su vida? Y del vestido, ¿por qué os preocupáis? Mirad cómo crecen los lirios del campo, no se fatigan ni hilan; pero yo os digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy es y mañana se la echa al fuego, ¿no hará más por vosotros, hombres de poca fe? No os inquietéis, diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿cómo vestiremos?".   Por todas esas cosas se afanan los paganos. Vuestro Padre celestial ya sabe que las necesitáis. Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura. Así que no os inquietéis por el día de mañana, que el mañana traerá su inquietud. A cada día le bastan sus problemas».

                                                                                  Palabra de Dios

 

HOMILÍA

(Francisco tumbado, rodeado de sus hermanos)

(ENTRA CLARA CON IMÁGENES Y MÚSICA)

 

Narrador:

De rodillas ante San Francisco, hizo Clara la promesa de renunciar a las riquezas y comodidades del mundo para de dedicarse a una vida de oración, pobreza y penitencia.

Para Santa Clara la humildad es pobreza de espíritu y esta pobreza se convierte en obediencia, en servicio y en deseos de darse sin límites a los demás.

 

Junípero: Seguimos aquí contigo, Hermano Francisco. Y alguien ha venido a verte.

Francisco: ¿Quién es, Junípero?

Junípero: ¡Es Clara, Francisco, es Clara!

Francisco: Clara…

Clara: Hola Francisco, (emocionada), ¿cómo estás?

Francisco: Estoy muy feliz Clara, que Dios Padre te bendiga.

Clara: Francisco, todas mis hermanas están rezando por ti. Ellas saben, como yo, lo que las quieres, y lo importante que es su oración para ti.

Francisco: Clara, en su día te dije cuál debería ser la misión de las hermanas. La estáis cumpliendo enormemente. Vuestra oración y entrega total a Dios Padre hace que ningún hombre del mundo se encuentre solo. Por aquellos que nuestra sociedad ha olvidado, rezáis vosotras. Ahora os pido que seáis protagonistas, que cuidéis y guiéis a mis hermanos; porque ellos estarán perdidos sin vuestra oración.

Clara: Francisco, (muy emocionada) te vamos a echar de menos…

Francisco: Quisiera deciros algo antes de irme. También a ti y a tus hermanas, Clara. Contadles a todos mis hermanos que los bendigo. Y que en señal de mi testamento y de mi bendición, siempre se amen mutuamente, siempre amen y guarden la santa pobreza, y siempre se muestren fieles y sumisos a nuestra santa madre Iglesia.

 

LOADO SEAS MI SEÑOR,…

Masseo: Hermanos, Francisco ha muerto. Habéis escuchado la última estrofa de su oración:

Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!           Ningún viviente escapa de su persecución;

            ¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!

       ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!  ¡No probarán la muerte de la condenación!

TODOS: ¡Servidle con ternura y humilde corazón! ¡Agradeced sus dones, cantad su creación!  ¡Las criaturas todas, load a mi Señor!

 

Narrador: Todos los hermanos, frailes y seglares, que habíamos llegado a la Porciúncula, nos arrodillamos junto al cuerpo de San Francisco y cantamos...

 

Canto: (¿Alfredo?)

 

PETICIONES

Lector 1: Te pedimos por los hermanos que están solos. Por aquellos a los que se les ha diagnosticado alguna enfermedad. Te pido por sus familias y sus amigos, para que sepan acompañarlos como merecen. Oremos.

Lector 2: Te pedimos por la unidad de nuestra parroquia, desde los niños a los abuelos. Para que la fe siga siendo nuestro motor y nos ayude a superar todas las dificultades. Oremos.

Lector 3: Pedimos por la gran familia franciscana, por todos aquellos que encuentran en San Francisco de Asís el referente de su vida para sentirse hijos de Dios. Oremos.

Lector 4: Pedimos por el mundo católico, por las Iglesias cristianas, por las otras religiones y por aquellos que no son creyentes. Respetamos su conciencia considerándolos a todos hijos de Dios. Oremos.

Tránsito de San Francisco

3 de Octubre 2013

Franciscanos Coruña:    www.franciscan.es

Proyecto BoanoiTe

bottom of page